El Partido Hache

Un espectáculo absolutamente bochornoso y lamentable


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Recuerdo con nitidez una conversación de 2007 en la que varios amigos charlábamos sobre la situación política del momento. Yo, que en aquel entonces sumaba exactamente veinte primaveras, no podía creerme que uno de ellos, que ya había superado los treinta, estuviera dispuesto a votar a la popular humorista Eva Hache, quien acababa de anunciar la creación de su propio partido político al calor del programa Noche Hache, late night de Cuatro que se emitió entre 2005 y 2008.



“Al menos si consigue escaño nos reiremos un poco cuando suba a hablar a la tribuna del Congreso”, argumentó convencido y visiblemente asqueado ante mi profundo asombro por tratar de restarle importancia a algo tan relevante en democracia como la cámara en la que se proponen, debaten y aprueban las leyes que rigen nuestra convivencia en sociedad. “Yo creo que el parlamento es una institución demasiado seria y trascendente como para que los cómicos la utilicen como escaparate para sus actuaciones”, o algo así le respondí. Menuda ingenuidad la mía.



El 6 de marzo de 2008, tres días antes de las elecciones generales, Hache anunció la retirada de su candidatura, de la que también formaban parte colaboradores suyos como Ricardo Castella y Marta Nebot. Quién sabe qué hubiera ocurrido de haberse atrevido a llegar hasta el final, qué hubiera pasado si sus papeletas hubieran sido válidas en aquellos comicios. Mi amigo no la hubiera podido votar, porque la candidatura solo se había presentado en la circunscripción de Madrid, pero creo que no por falta de ganas. Y aunque el Josep de 2007 no se lo creyera, si todo esto hubiera ocurrido ahora, a mí me hubiera pasado lo mismo.



Ahora entiendo su malestar, su descontento, su irritación. Ahora comprendo la desafección política que sentía, una desafección que no debe ser muy distinta de la que percibo yo en 2021, porque aunque hayan pasado muchas cosas, tampoco creo que el panorama sea muy diferente. Lo más significativo ha sido la aparición de nuevos partidos que, con la regeneración, la transparencia y la incorruptibilidad como bandera, han acabado por tropezar en las mismas piedras, cometer los mismos errores y ser tan irremediablemente incoherentes como las formaciones veteranas. Ya lo dice el refrán: no es lo mismo llamar que levantarse a abrir.



En medio de una pandemia mundial con consecuencias sanitarias, económicas y sociales todavía desconocidas, los políticos continúan a lo suyo, enfrascados en una guerra sin fin en la que el único objetivo es mantener en pie sus chiringuitos. Los que más perdemos, como siempre, somos los ciudadanos. Poco importa el futuro del país. Lo que realmente está en juego es ese buen puñado de puestos tan bien remunerados en tal o cual institución. Y si hay que mentir, se miente. No hay problema. Para la hemeroteca siempre hay respuesta: “Tú más”. Un espectáculo absolutamente bochornoso y lamentable.



¡Eva! Vuelve, que te necesitamos. Al menos si consigues escaño nos reiremos un poco cuando subas a hablar a la tribuna del Congreso.


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Charlie

24/03/2021

Muy bueno, así los políticos nos podrían hacer reír... ya que no hacen mucha gracia los payasos del circo en el que estamos???? Vuelve Eva!!

Charlie

24/03/2021

Los interrogantes eran emoticonos de payasos :)