A veces los políticos se quejan de que la ciudadanía mete dentro del mismo saco a todos los que se dedican a este denostado oficio aduciendo que son minoría los que sucumben ante prácticas tan indignas y rechazables como la corrupción. Y tienen razón. En España hay centenares de alcaldes y concejales que se esfuerzan, y mucho, por mejorar su entorno.
Sin embargo, en ocasiones se ganan a pulso el desprestigio en el que han caído en los últimos años. Y no parece que quieran revertir esa imagen que solo puede restituirse a base de trabajo, compromiso y siguiendo esa máxima tan utilizada por ellos como es el famoso “no solo hay que ser honrado sino también parecerlo”. El diario Las Provincias publica hoy una noticia en la que informa de que los 99 diputados de les Corts Valencianes regresan hoy a la cámara tras 62 días. Sí, sesenta y dos días. Dos meses. Casi 9 semanas.
Y aunque pueda parecer populista y demagógico, no queda otra que preguntarse si es aceptable, sobre todo en los tiempos que corren, que los representantes políticos de los ciudadanos paren el 19 de diciembre para celebrar las fiestas navideñas y no retomen su actividad hasta dos meses después. Manteniendo durante este paréntesis, eso sí, casi todos los privilegios concedidos por ocupar el escaño. Entre ellos se encuentran, el plus por formar parte de las comisiones aunque no se hayan reunido durante este tiempo, la gratuidad de las autopistas valencianas y el plus por kilometraje en el caso de que hayan tenido que desplazarse hasta la capital del Turia.
¿Pueden de esta forma recuperar la confianza perdida de los ciudadanos? No es necesario pagar ni a un solo asesor para responder a la cuestión.
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